Dragon Ball Club
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  Saga de Vegeta 02-05-2025 17:30 (UTC)
   
 

Hace cinco años que Gokú derrotó a Picoro Jr. en la final del 23° Torneo de las Artes Marciales, y salvó al mundo de los siniestros planes de éste. Desde ese tiempo, en la Tierra sólo han habido momentos de paz y tranquilidad y todos los habitantes del planeta viven en armonía. Nuestro héroe, quien como sabemos después de la batalla se casó con Milk, vive en una bella y humilde casita, en el mismo valle donde él creció con su abuelito. Pero ellos no están solos; desde hace cuatro años un pequeño retoño de su amor (¡qué belleza!) los acompaña: su nombre es Gohan (sí, en honor de su bisabuelo Son Gohan) y es muy parecido a su padre cuando niño, sólo que tiene el cabello un poco más largo; pero en lo que sí se diferencian bastante es que Gohan es muy consentido y llorón, además de que nunca ha recibido algún tipo de entrenamiento, ya que su madre se lo impide (ella quiere que sea un estudioso y no un buscapleitos). En esos momentos Gokú lo anda buscando desesperadamente ya que lo va a llevar a Kame House (la casa del Maestro Roshi) para una pequeña reunión de reencuentro con sus viejos amigos, ya que no se ha visto con ellos desde aquel torneo (por lo que ellos tampoco conocen a Gohan); sin embargo el niño no aparece por ningún lado y Gokú está preocupado no tanto por su hijo sino por el regaño que le daría Milk por haberlo perdido. Hasta que el chico aparece, nada más y nada menos que colgado de una ramita, encima de una ¡gran catarata! Gokú, asombrado ya que no se imagina como el pequeño pudo saltar y llegar tan alto (ni el mismo Gohan sabe), lo recoge e inmediatamente parte con él hacia la isla de Roshi, donde ya deben estar todos esperándolo.

Pero en esos mismos instantes y sin nadie saberlo, un artefacto espacial llega al planeta y de él desciende un extraterrestre con un extraño traje y cuya característica es tener una cola (al igual que Gokú cuando niño). El extraterrestre se da a la búsqueda de un hombre llamado Kakarotto; en esa búsqueda se encuentra a Picoro, el cual le va a hacer frente; pero cuando parecía que iban a luchar, el hombre del espacio logró detectar la presencia del tal Kakarotto gracias a un radar que puede identificar y cuantificar la energía interna o ki de las personas. Es entonces cuando el extraterrestre se presenta en Kame House y reconoce a quien busca en Gokú. Le dice que su nombre es Raditz y que es en verdad ¡su hermano!, ya que ambos son saiya-jins, una raza guerrera procedente del planeta Vejita. Raditz le explica a Gokú que su verdadero nombre es Kakarotto y que fue enviado cuando era un bebé a la Tierra con la misión de acabar con los terrícolas cuando creciera, ya que los saiya-jins viven de arrasar planetas para luego venderlos a otras razas; pero esto no ocurrió debido a que cuando sólo era un pequeño niño y había sido recogido por Son Gohan, Kakarotto se dió un golpe en la cabeza que le ocasionó una amnesia que le "borró" el espíritu agresivo con el que había nacido, transformándolo en el único saiya-jin bondadoso. Ésto enfureció a Raditz, el cual decide secuestrar a Gohan, ya que se dió cuenta que también tiene sangre saiya-jin y lo podía entrenar a su gusto. Gokú intenta detenerlo, pero Raditz lo derriba fácilmente, diciéndole que para volver a ver a su hijo tenía que matar a cien humanos para demostrarle lealtad o si no, lo mataría al igual como mataría a todos en este planeta, yéndose luego de la isla. Es allí cuando se presenta Picoro, que a pesar de seguir siendo enemigo de Gokú (aunque en verdad ya no siente odio ni rencor por él; ya sabemos que por una extraña razón, los enemigos de Gokú eventualmente se vuelven sus aliados; ¿será por su carisma?), se le une para intentar derrotar a Raditz, ya que reconoce en éste extraterrestre a una amenaza para él y sus planes de "conquistar el mundo".

Al día siguiente, Gokú y Picoro deciden confrontar al recién llegado, pero la diferencia de fuerzas es bastante. La pelea parece decidirse hacia el lado de Raditz, ya que ni uniendo sus ataques pueden hacerle un rasguño. Entonces Picoro recordó que el punto debil de Gokú (y por ende de los saiya-jins en general) era la cola, por lo que pidió a Gokú que sujetera a su hermano mientras él preparaba su máximo poder (el Ma-Kanko-Sapou); pero Gokú se dejó convencer de Raditz con una serie de cursilerías (siempre Gokú con su ingenuidad...) y lo soltó, lo que aprovechó éste para atacarlos. Pero fue cuando Gohan, que estaba encerrado en la nave espacial y al ver a su padre malherido, salió de allí y atacó a Raditz, elevando increíblemente su ki, muy por encima del de su padre y del de Picoro y sorprendiendo al propio saiya-jin. Gohan golpea a suGokú y Raditz muerentío, pero su instantáneo aumento de poder cesó y se desmayó (al parecer el niño cuando se encuentra desesperado o furioso aumenta su poder de manera asombrosa, haciendo cosas que ni él mismo se da cuenta; tal y como pasó aquella vez con lo de la catarata). Pero el ataque del pequeño no fue en vano, ya que esto fue aprovechado por Gokú, que volvió a sujetar a Raditz. Picoro, quien todavía tenía cargado su ataque, lanza el rayo de energía, que atraviesa a los dos hermanos, dejándolos a ambos heridos de muerte. Pero antes de fallecer, Raditz le dice que aunque lo había derrotado, no se salvarían porque vendrían dos saiya-jins mucho más poderosos que él a matarlos en aproximadamente un año. Picoro, al oír esto, decide llevarse a Gohan (quien todavía está inconsciente) a entrenar con él durante ese año para poder convertirlo en un verdadero peleador, ya que había visto el potencial del hijo de Gokú y podría ser de mucha ayuda en la terrible batalla. En eso Bulma, Roshi y Krilin llegan al sitio y enterados de lo que se avecina por Picoro, se disponen a recoger el cuerpo de Gokú para revivirlo con las esferas del dragón. Pero sorpresivamente el cadáver comienza a desaparecer y se desvanece por completo; entonces, escuchan la voz de Kami-Sama, quien les dice que no revivan todavía a su amigo ya que durante ese año Gokú va a entrenar con su cuerpo en el otro mundo (por eso fue que desapareció).

Pasa el tiempo y todos los guerreros (Krilin, Yamcha, Ten Shin Han, Chauz e incluso Yakirobe) deciden entrenar donde Kami-Sama para afrontar la próxima batalla; aunque después de un tiempo se separan para continuar y pulir sus técnicas por aparte. En cuanto a Gohan y Picoro, éste decidió dejar el niño por su cuenta un tiempo, para que aprendiera a defenderse sólo; luego de ello, lo entrenó arduamente mientras él también lo hacía, con lo que incrementó de buena manera el poder de ambos. ¿Y que pasó con Gokú? Pues como había dicho Kami-Sama, Enma-Sama (el dios que organiza las almas en el más allá) le había dado permiso de llevarse su cuerpo consigo para que entrenara con el dios más poderoso de la galaxia, Kaio-Sama. Pero para llegar a donde éste tuvo que recorrer el camino de la serpiente, lo cual le tomó seis meses (la mitad del tiempo que tenían) en hacerlo. Cuando finalmente llegó al planeta de Kaio-Sama, pudo entrenar Kaio-Sama y sus ayudantescon éste, no sin antes pasar una serie de pruebas (que incluían atrapar a un mono, golpear a un insecto y contar un buen chiste; esta última prueba no la hubiera podido pasar cierto amigo mío cuyo Alejandro no quiero decir), las cuales le permitieron adaptarse a la gravedad de ese planeta, 10 veces mayor que la de la Tierra. Allí, Kaio-Sama le explicó a Gokú que los saiya-jins eran una raza que basaba su poder en la fuerza física y así habían logrado dominar su planeta al destruír a la otra raza que también había habitado Vejita, los pacíficos tsufuru-jins, y haberse apropiado de su tecnología (sí, los mismos tsufuru-jins que crearon a... bueno, no nos adelantemos); pero que en esos momentos Gokú y los dos enemigos que venían (el príncipe del planeta, Vegeta, y su ayudante, Nappa) eran los únicos tres saiya-jins originales que quedaban en el universo, ya que un "dios" (después veremos quién es ese tal dios) había destruído el planeta Vejita, exterminándolos casi por completo. Gokú en ese tiempo desarrolló increíblemente su fuerza y aprendió dos técnicas nuevas que le servirían mucho en el futuro: el Kaio-Ken, que le permite aumentar su ki varias veces, y la Genkidama, un poder que reune la energía del lugar en que se encuentra, para luego lanzarla en forma de una gran bola.

Finalmente se pasó el año y llegaron los dos temibles saiya-jins. Pero aunque supuestamente buscaban a Kakarotto, el verdadero motivo de su llegada a la Tierra era la búsqueda de las esferas del dragón, ya que Vegeta había oído hablar de ellas (mediante el radar que tenía Raditz cuando vino al planeta), y deseaba pedir la inmortalidad (después veremos por qué... ¿estoy dejando muchas interrogantes?). Cuando llegaron al planeta, arrasaron varias lugares hasta que encontraron a Picoro (ya que creían que era el único que sabía acerca de la existencia de las esferas) y con él a Gohan; los demás guerreros, al sentir el ki de los saiya.jins, aparecieron inmediatamente en el sitio; la batalla por la Tierra iba a comenzar. Mientras tanto, Gokú ya había sido revivido con las esferas, y estaba viajando hacia la Tierra, aunque esta vez el viaje por el camino de la serpiente le tomaría unas pocas horas (lo que es una muestra de lo extraordinario que aumentó su poder). Pero vayamos a la pelea. Los dos saiyajines, al ver el nivel tan bajo que tenían Ten Shin Han atacando un Sabai-manlos terrícolas, decidieron que unas extraños vegetales-luchadores llamados sabai-mans (eran 6 en total) pelearan contra ellos, ya que creían que con eso bastaría para aniquilar a la "oposición". Pero los guerreros de la Tierra aún así eran mucho más fuertes. El primero que luchó fue Ten Shin Han, que no tuvo ningún problema en acabar con su enemigo; pero por esas cosas de la vida, en la siguiente pelea murió Yamcha, que se confió porque creyó haber derrotado a su enemigo, el cual lo tomó por sorpresa y explotó con él (demostrando así por qué es el peor guerrero); al ver ésto, Krilin se enfureció y destruyó a tres sabai-mans de un ataque; el restante fue destruído por Picoro.

Fue entonces cuando Nappa decidió pelear. El nivel de Nappa era abrumador para todos ellos y a pesar de los esfuerzos de los guerreros de la Tierra, éstos no podían hacer nada, a pesar de que atacaran todos juntos; el saiya-jin estaba casi que jugando. Murió Chauz, cuyo cuerpo explotó en una acción suicida por intentar salvar a su "Ten" (como le decía de cariño); lo cual resultó inútil porque Nappa sobrevivió (¿y es que acaso Chauz puede hacer algo útil?);  y también murió Ten Shin Han, que falleció sin un brazo y sin poder vengar la muerte de su fiel amigo. En ese momento, y al ver que la pelea era muy fácil, Vegeta le dice a Nappa que esperara unas horas para ver si Kakarotto aparecía; pero al terminar el plazo dado y al no dar signos de presencia Gokú, decide acabar de una vez por todas con esos insectos y le ordena a Nappa que lo haga. Pero durante ese tiempo Krilin, Picoro y Gohan al ver que no podían hacerle ni siquiera un rasguño al saiya-jin, planearon utilizar la misma técnica que con Raditz, sujetándole la cola; pero a diferencia de éste, Nappa sí la había entrenado, por lo que el esfuerzo fue en vano y lo que se ganaron fue la burla de Nappa, que los golpeó brutalmente. Es allí cuando Gohan intenta atacarlo y consigue hacerlo con cierto poder; pero el ataque es completamente ineficaz; y el saiya-jin le lanza una poderosa ráfaga de energía al niño, la cual le hubiera matado si no es por Picoro, que se atravesó (en verdad, el chico es el único ser que verdaderamente Picoro quiere, ya que durante el entrenamiento le tomó bastante cariño) y ante los ojos de su amado discípulo, murió inmediatamente. Gohan, al ver a su maestro muerto, se llena de furia y consigue elevar su Gokú vence a Nappaki de manera impresionante (incluso para Vegeta, que no había tomado parte todavía en la pelea y la miraba desinteresadamente), atacando con todo su poder a Nappa; pero aún así el saiya-jin sobrevive (sólo su traje salió afectado). Gohan, completamente agotado, queda a merced del gigantesco saiya-jin, quien ahora sí está totalmente iracundo; pero cuando se disponía a desquitarse, aparece por fin Gokú en el lugar de la batalla y salva a su hijo de otro ataque que seguramente lo hubiera acabado (el pequeño ha salvado su vida dos veces en menos de diez minutos).

Gokú le da media semilla del ermitaño (acordémonos que entre todas los extraños beneficios de esta semilla se encuentra el recuperar la energía y los daños recibidos) a Gohan y a Krilin, diciéndoles que huyan porque la pelea desde ese instante iba a ser bastante peligrosa, lo que ambos hacen. Nappa quiere impedir que ellos huyan, pero Gokú se le enfrenta, y comienza a atacarlo de manera tal que lo derrota sin ningún esfuerzo. Vegeta, al ver la ineptitud de su ayudante, lo remata con un simple ataque (una de las primeras muestras de lo sanguinario que es) y emocionado al ver aproximarse una batalla interesante, decide pelear con Kakarotto. Entonces Gokú le dice que cambien de sitio de batalla a un lugar más abierto, para poder pelear con toda tranquilidad (aunque en verdad lo hace para no dañar los cuerpos de los guereros muertos), lo que el malvado saiya-jin acepta. La pelea comienza y a pesar de las esfuerzos de Gokú, Vegeta demuestra que es mucho más poderoso que él y logra dominarlo. Es por ello que Gokú decide hacer el Kaio-Ken, elevando así su ki y atacando fuertemente a Vegeta. Y aunque el Kaio-Ken es muy desgastante, Gokú necesita usarlo para superar a Vegeta por lo que lo hace en modo 2 y 3 (es decir, 2 y 3 veces más fuerte que el Kaio-Ken normal), y logra herir al saiya-jin, el cual lastimado no tanto física sino moralmente (ya que nunca creyó que "un guerrero de clase baja", como es Kakarotto, lograra golpearlo a él, el príncipe de su raza) decide destruir la Tierra con un ataque. Pero Gokú logra contenerlo con un Kame-Hame-Ha, en un estado de Kaio-Ken 4, el cual absorbe el ataque de Vegeta y lo consigue golpear duramente. Pero éste no se va a rendir así como así, y se la va a jugar el todo por el todo; entonces crea con un poco de energía una luna artificial (acordémonos que la luna verdadera fue destruída hace mucho tiempo por el Maestro Roshi), con la cual consigue transformarse en un mono gigantesco, al igual como lo hacen los demás saiya-jins con cola; pero con la diferencia deSimio-Vegeta que él sí podía controlar sus actos (es allí cuando Gokú se da cuenta que fue él quien mató sin querer a su abuelito Son Gohan).

Simio-Vegeta consigue atacar más fuertemente a Gokú, que resignaba sus últimas posibilidades en una Genkidama que reunía con la energía del lugar en donde se encontraban. Sin embargo no alcanza a lanzarla debido a que Vegeta lo golpea y empieza a, literalmente, masacrarlo, triturando sus huesos. Pero en esos momentos aparecen nuevamente Gohan y Krilin, que aunque se habían retirado del lugar de la batalla, decidieron volver a ayudar a Gokú al sentir el nuevo y asombroso ki del malvado saiya-jin; y aunque ellos dos no consiguen detenerlo, el que sí lo hace es Yakirobe, que habiendo presenciado la pelea desde el principio, logra cortarle la cola al gigantesco simio y volverlo a la normalidad. Éste, ya con su tamaño y su fuerza ordinaria (aunque ya reducida de manera considerable), decide vengarse de los que estaban allí, y ataca fuertemente a Gohan; pero en esos momentos Gokú llama a Krilin y le entrega la energía restante de la Genkidama que había hecho (las sobras, por así decirlo), para que se la lanzase a Vegeta; Krilin la logra lanzar pero aunque falló, Gohan la pudo devolver al blanco. La Genkidama golpea a Vegeta y lo eleva por los aires. Parece que ahora sí es el fin de Vegeta; pero cuando ya lo creían derrotado, el saiya-jin vuelve, y aunque muy debilitado, todavía puede acabar con Krilin y Gohan, al que golpea con mucha fuerza, dejándolo casi inconsciente. Pero fue entonces cuando todos se dan cuenta que al pequeño le había crecido nuevamente la cola (ya una vez, en el entrenamiento con Picoro, se había transformado en el monstruo, pero Picoro se la había cortado). Vegeta, aterrorizado ante la posibilidad de que el niño se transforme en mono gigante con su propia luna, se dispone a cortarle la cola a Gohan; pero de nuevo Yakirobe le daña los planes, golpeándolo con su espada. Mientras ésto pasaba, Gokú se comunica telepáticamente con Gohan y se la juega al ver el temor que tiene Vegeta, diciéndole a su hijo que mirara el objeto luminoso que estaba en el cielo; el niño, al ver la luna, se transforma en el simio gigante que aunque, al igual que como le ocurría a su padre cuando se transfromaba en su niñez, era irracional e incontrolable, logra atacar a Vegeta fuertemente (el cual recibe una dosis de su propia medicina); el malvado saiya-jin, ya sin posibilidades, le logra cortar la cola, pero termina siendo aplastado por el peso del Simio-Gohan.

El pequeño vuelve a la normalidad, pero esto no importa porque la pelea ya está decidida: Vegeta ha quedado muy malherido, y le Vegeta huyees completamente imposible seguir peleando; tanto así que decide emprender retirada y se dirige hacia su nave espacial para irse del planeta. Krilin, al ver esto, se logra poner en pie y tomando la espada de Yakirobe se apresta a rematar al monstruoso saiya-jin, el cual no puede defenderse. Pero Gokú inconcebiblemente se lo impide ya que quiere dejarlo vivir para volverlo enfrentar alguna vez (éste Gokú no tiene remedio...); lo que corrobora el mismo Vegeta, quien le asegura que volverá a la Tierra a tomar venganza, huyendo finalmente en su nave. Horas después Bulma, Milk, Roshi y los demás llegan al sitio a recoger los cuerpos de los caídos; y a auxiliar a Gokú, Gohan y Krilin, los únicos sobrevivientes de la terrible pelea con el príncipe saiya-jin...

 
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