Gokú acaba de ser derrotado en un vibrante combate por Jackie Chun (quien en verdad, y sin nadie saberlo, era su querido maestro Roshi) en la final del 21° Torneo de las Artes Marciales. Pero el niño en ese momento no está muy preocupado por celebrar su excelente participación en el torneo o por descansar; Gokú lo que quiere es recuperar la esfera del dragón de cuatro estrellas, la que le dejó su abuelito como recuerdo antes de que éste muriera (acordémonos que ya había pasado más del año necesario para que las esferas dejaran de estar petrificadas). Entonces, el chico se despide de su maestro y de sus amigos y parte junto con su nube voladora y el radar del dragón hacia la búsqueda de la esfera de cuatro estrellas. E inmediatamente ubica una esfera con el radar en un pueblecillo; pero, adivinen, Pilaf está buscando de nuevo las esferas y logra adelantársele a Gokú; aunque éste finalmente le arrebata la esfera. Sin embargo los problemas de Gokú no terminaron con la huída del derrotado marcianito, ya que un extraño ejército también ha llegado al lugar con el propósito de quedarse a toda costa con el codiciado objeto Gokú se enfrenta al batallón y, aunque es grande, acaba con él; pero el líder, quien dice llamarse coronel Silver, destruye la nube voladora de Gokú; éste, enfurecido, derrota a Silver y conserva la esfera; pero Silver le asegura que esto no termina allí, que su ejército es una organización es mucho más grande y poderosa que lo que él se imagina. Gokú, sin intimidarse pero también sin transporte, toma una nave enemiga y se dispone a ir hacia la caza de una segunda esfera (la primera había sido la de seis estrellas).
Pero hagamos un pequeño receso y expliquemos quién es ese ejército tan poderoso que anda buscando las dichosas esferas del dragón. Su nombre es La Armada de la Patrulla Roja y son conocidos y temidos en todo el mundo como el ejército más poderoso del planeta; su organización y capacidad militar es incalculable y cuentan con los armamentos, soldados y asesinos
más fuertes del mundo; su sólo nombre produce escalofríos en todos los habitantes de la Tierra, ya que durante años se ha dedicado a extorsionar, secuestrar, asaltar, asesinar y robar a los inocentes. El máximo cabecilla (para utilizar jerga policiaca) es el comandante Red y según se cree, su deseo más entrañable es dominar por completo el mundo, por lo que sus miradas se han posado en la existencia de las esferas del dragón. Ya tiene una en su haber (afortunadamente no es la de cuatro estrellas), y por eso ha mandado a sus mejores hombres (Silver era uno de ellos) en la búsqueda de las seis restantes para cumplir su deseo. Así que el coronel plateado no será el único de la Patrulla Roja que Gokú tendrá que enfrentar.
Y a propósito de Gokú, éste ha llegado el lugar donde hay una nueva esfera; pero como sabemos, el chico no es muy brillante que digamos y se estrella con la nave a las afueras de una gélida aldea. Él es rescatado por una niña que lo lleva a su casa y lo cuida hasta que recupera la conciencia. Allí le cuentan que la aldea ha sido tomada por la Patrulla Roja y que han raptado al jefe del lugar ya que éste no les entregó su anhelado botín: la esfera del dragón. Entonces Gokú decide ir a salvar al jefe de la aldea, que se encuentra encerrado en una torre supuestamente inexpugnable. Pero para Gokú nada es imposible y sucesivamente va superando los obstáculos (como un sargento de hojalata o un ninja de pacotilla) que le va poniendo el líder de la torre, el general White. Éste, al verse acorralado, saca el as bajo la manga: C-8 (u Octavio, de cariño), construído por un conocido científico de la organización, llamado Maki Gero (ya veremos, ya veremos...). Pero un robot que se haga llamar Octavio no puede ser muy malvado que digamos; y efectivamente, Octavio tiene un buen ¿corazón? y antes lo que hace es ayudar a Gokú a derrotar a White y sus secuaces y rescatar al jefe de la aldea. Éste, como agradecimiento y al ver las buenas intenciones del niño, le entrega la esfera, que lamentablemente tampoco es la de cuatro estrellas. Pero hay otras dos noticias: igualmente una buena y una mala: la buena es que Gokú ha recuperado la nube voladora (Silver no la pudo destruír), pero la mala es que con tanto ajetreo el radar del dragón se descompuso y no puede seguir buscando esferas, por lo que debe ir a la capital del Oeste, que es donde vive Bulma, para que ésta lo arregle; lo que ella hace sin problemas. Pero a estas alturas ya el comandante Red y su principal lugarteniente, Black, saben de la existencia de Gokú y mandan a unos ladronzuelos, que aunque no logran su objetivo de robarle las esferas, dan la primera campanada, indicando que ahora no sólo el objetivo de la Armada son las esferas sino también acabar con Gokú.
Pero el chico no se intimida y parte hacia la búsqueda de una nueva esfera, que sorpresivamente está muy cerca de Kame House (la casa del maestro Roshi). Allí Gokú se reencuentra con Krilin y lo convence de que los acompañe a buscar la esfera, que está en una cueva en el fondo del mar; y digo "los acompañe", porque Gokú no estaba sólo ya que Bulma, muerta del aburrimiento, dejó tirado a Yamcha y decidió acompañar a Gokú. Los tres parten inmediatamente en un submarino y se adentran en las profundidades de la inmensa llanura azul donde los esperan grandes desafíos (ya parezco narrando un documental del Discovery Channel). Pero incautamente Gokú ha dejado las esferas en casa de Roshi, y allí llega un nuevo general de la Patrulla; su nombre es Blue y aunque él y sus hombres son explusados de la isla por Roshi y Lanch, logra detectar la esfera que andan buscando los chicos y parte hacia allá, adelantándosele. Pero Gokú no está dispuesto a dejar que Blue se lleve la esfera y se enfrenta a él; la pelea se ve una tanto inclinada hacia el lado de Gokú, pero el general de la Patrulla Roja utiliza una técnica que hipnotiza a Gokú, lo cual pudo haber sido el fin del chico sino es por un ratón ¡sí, un ratón! que asustó a Blue, lo que aprovechó Gokú para derrotarlo y huír con la esfera, ya que el lugar estaba a punto de destruírse. Los tres llegan a Kame House, pero son atacados por sorpresa por Blue, que había logrado sobrevivir a la explosión de la cueva; éste se roba las tres esferas y parte despavorido, siendo seguido por Gokú. Y es tanta la desesperación de Blue de huír del niño, que se estrella contra una montaña y cae en la Villa Pingüino (para los que no saben, éste lugar y los personajes que viven allí: Arale, Turbo, el Dr. Slump, pertenecen a la primera manga de Akira Toriyama, que se llamaba "Dr. Slump"). Gokú llega al lugar, pero el radar se volvió a dañar (y es que sólo un ingenuo como Gokú podría confiar en una mujer para reparar bien algo...) y no puede encontrar a Blue. Éste, que había permanecido escondido, decide enfrentársele; pero Arale, una niña que Gokú acababa de conocer, lo derrota de un sólo ataque (aclaración N°2: Arale es una robot muy poderosa, construída por el Dr. Slump). Gokú, que ha recuperado las tres esferas, hace arreglar el radar de Turbo (el hijo del doctor) y parte en búsqueda de otra más, ya que la esfera del fondo del mar tampoco era la de su abuelito.
Entonces, Gokú llega al lugar en donde se debe encontrar la cuarta esfera, que es un pequeño claro en un frondoso bosque, del cual emerge una torre gigantesca (tanto que no se ve donde termina). En ese preciso instante, un hombre de la Patrulla Roja (el coronel Yellow) está atacando a un pequeño indiecito que no puede defenderse. Gokú lo derrota con facilidad y salva a Upa (que así se llama el pequeño niño). Pero mientras esto pasaba, en el cuartel general de la Armada todos andan preocupados al ver la incapacidad de sus generales y coroneles para derrotar al chico y arrebatarle las esferas; es por ello que deciden contratar al asesino a sueldo más famoso del planeta: Tao Pai Pai; el cual les cobra su buen dineral, pero como prueba de garantía mata al general Blue (que había vuelto con el rabo entre las patas) ¡con la lengua!. Ahora bien, ¿que pasó con Gokú? Después de derrotar a Yellow y salvar a Upa, Bora, el padre del niño, le entregó como agradecimiento la esfera del dragón que tenía guardada, la cual es la de !cuatro estrellas!; finalmente Gokú ha encontrado la esfera que le dejó su abuelito.
Pero en eso estaba cuando llega al lugar Tao Pai Pai. Bora se le enfrenta, pero Tao Pai Pai no tiene ningún problema en matarlo. Entonces Gokú y él comienzan a pelear, y por primera vez en la vida Gokú no es rival para otro luchador; Tao Pai Pai domina la pelea con facilidad y ni siquiera un Kame-Hame-Ha pudo hacerle un rasguño; el matón, aburrido por una pelea tan desigual, decide acabarla de una vez por todas y lanza su mejor ataque, el Do-Do-Pan (una especie de rayo), que impacta en el corazón de Gokú, el cual cae sin signos vitales aparentes. Tao Pai Pai, creyendo al niño muerto, recoge las esferas del dragón y se va tranquilamente del sitio. Pero Gokú no ha muerto; el Do-Do-Pan no golpeó su corazón, ya que ¡rebotó en la esfera de cuatro estrellas!; lo que pasó fue que Gokú había guardado dicha esfera dentro de su ropa, dejándola aparte de las otras esferas (por lo que Tao Pai Pai tampoco se la llevó), y el ataque del asesino fue repelido por la esfera, salvándolo de una muerte segura. Gokú se recupera y al ver que con el poder actual no podría derrotar nunca a Tao Pai Pai, decide jugarse su última carta: escalar la Torre Karim, que así se llamaba la gigantesca torre del lugar. Es bueno aclarar que antes de la llegada de Tao Pai Pai, Bora le había contado a Gokú que las leyendas decían que aquel que escalase esa torre se haría el hombre más fuerte del mundo, pero que desde que él tenía conciencia, todos los que la habían intentado escalar habían fracasado. Pero Gokú no tenía otra opción, y más aún debido a que probablemente Tao Pai Pai volvería por la esfera que le había hecho falta.
El chico comienza a subir la torre y a pesar de que subía y subía y subía y subía, no podía nunca ni siquiera vislumbrar el final de la torre. Pero cuando parecía que iba a desfallecer y en un esfuerzo sobrehumano, logró llegar al final de la casi infinita columna; allí lo estaba esperando un gato (sí, un gato) que decía llamarse Maestro Karim (de ahí el nombre de la torre); el minino, perdón, el maestro le explicó que él sabía porqué estaba allí ya que él podía ver todo lo que pasaba en la Tierra; y que la única manera de volverse más fuerte era tomando "El agua de la vida", que él tenía en un pequeño recipiente. Pero cuando Gokú iba a tomársela, Karim no lo permitió, explicándole que antes tenía que quitársela; el chico creyó que eso sería fácil, pero el gatico era increíblemente rápido y por más que lo persiguiera, él escapaba; y para mayor sorpresa, el maestro Karim le contó que sólo otra persona hacía muchísimos años había podido subir la torre y arrebatarle el agua, y ese había sido... ¡el Maestro Roshi!; pero lo más asombroso es que para lograr atraparlo, Roshi se demoró ¡tres años!. Pero esto no desalentó a Gokú, y después de únicamente tres días (sí, unicamente; es que comparar tres días con tres años...) logró atrapar a Karim y beber la tan mentada agua, la que, para desilusión de Gokú, no le produjo ningún efecto; entonces el maestro le explicó que él sí había aumentado su poder, pero no debido al agua (que era común y corriente) sino debido al duro entrenamiento que fue correr y hacer ejercicio a semejante altura. Gokú bajó a toda prisa y llegó justo en el momento cuando Tao Pai Pai, enterado de la falta de una esfera, había llegado al pie de la torre. El asesino, confiado por la fácil victoria sobre aquel chiquillo hacía apenas unos días, lo ataca; pero ahora es Gokú quien tiene la ventaja, y comienza a derrotarlo sin mayores esfuerzos. Tao Pai Pai acomete con supremo ahínco (qué frase, Señor, qué frase...) pero no puede vencer a Gokú; entonces, y ante una indiscreción de éste, se da cuenta de que el niño aumentó su poder al subir la torre; por lo que él también decide subirla, siendo la tercer persona que finalmente la corona. Pero Tao Pai Pai no contaba con que el Maestro Karim es del bando de los buenos, y es vilmente engañado por el gato, que le entrega el agua sin ningún esfuerzo (por lo que no aumentó su poder al no "entrenar"). Entonces Tao Pai Pai baja la torre, pero ¡oh sorpresa!, su chi sigue siendo inferior al de Gokú el cual le sigue dando una paliza; el asesino, enfurecido, decide jugársela y le arroja una granada al chico; pero éste se la devuelve con una patada, explotándole en la cara y terminando de una vez por todas con la amenaza.
Pero no todo es alegría porque acordémonos que Bora, el padre de Upa, fue asesinado. Es por ello que Gokú decide buscar las tres esferas faltantes (tiene cuatro: la de su abuelito más las tres que recuperó de Tao Pai Pai) para pedirle a Shen Long que Bora volviese a la vida. Y se dirige con el radar hacia la esfera más cercana, que es nada más y nada menos que la que tiene Red en el inexpugnable cuartel general de la Patrulla Roja. Gokú viaja a toda velocidad y después de pasar todas las barreras y obstáculos llega a la gigantesca fortaleza. Ya allí el chico se enfrenta con una cantidad inmensa de soldados, pero ninguno puede detenerlo y cada vez se acerca más y más a las dos esferas (sí, dos esferas, ya que había conseguido otra) y al comandante Red, el cual, a pesar de lo que uno se imagina, no es más que un enano cobarde y debilucho (creo que su nombre verdadero es Sebastián...). Acorralado, Red le confiesa a su ayudante Black, que en verdad él no quiere las esferas para conquistar el mundo; las quiere, para ¡hacerse más alto!; Black, indignado al ver que su jefe es un idiota sin visión global, lo mata y se nombra a si mismo nuevo comandante de la Patrulla Roja. Gokú, después de arrasar todo el lugar, llega al fin donde el nuevo jefe y lo enfrenta; pero Black, al igual que su ex-comandante, es un débil de pacotilla y a pesar de toda sus jugarretas y armamento, es derrotado por el chico. Gokú ha destruído por completo la Armada de la Patrulla Roja.
Sin embargo, no todo termina allí; falta encontrar la última esfera, pero al parecer el radar se ha descompuesto de nuevo, ya que la esfera no da rastros por ningún lado. Y en eso estaba Gokú, cuando se "tropieza" con Bulma, Yamcha, Roshi, Krilin y los otros, quienes al enterarse que Gokú iba a ir al cuartel general de la Patrulla Roja, decidieron ellos también "colaborar con la causa"; aunque la movilización fue inútil ya que como vimos, el niño solito pudo con el ejército más poderoso del planeta. Bulma revisa el radar y afirma que éste está bien; sino que la séptima esfera, por algún extraño motivo, no aparece en el radar. Entonces Roshi comenta que él conoce a alguien que les puede decir donde está la esfera: es una bruja cuyo nombre es Uranai Baba y está puede ver más allá de lo evidente (perdón; eso es otra caricatura...). Gokú parte hacia donde la hechizera, aunque ahora está acompañado por Krilin y Yamcha, que ven en esto una buena oportunidad para entrenar; además de Puar, que fue como metido, y de Upa, que al fin de cuentas era el beneficiado con el deseo. Todos llegan al lugar dicho por Roshi y misteriosamente son conducidos hacia un escenario muy similar a la plataforma de un torneo de artes marciales; ya allí Uranai Baba les cuenta que para que ella les diga donde está la esfera deben pagarle un millón de dólares o luchar contra sus cinco peleadores. Ellos se van con la segunda (cuando uno es pobre...) y el primero en luchar sería Krilin; pero su oponente no es alguien común y corriente: es ¡Drácula!. Krilin pelea con todo su poder, pero el vampiro ve en la calva cabeza de Krilin un apetitoso banquete y le succiona la sangre por ahí, dejándolo fuera de combate; pero los muchachos no se iban a rendir así como así e idean un plan, con el que Puar y Upa logran derrotar a Dracula muy al estilo de cuento de vampiros: con ajo y una cruz. El siguiente en pelear es Yamcha, el cual le corresponde luchar contra el hombre invisible; éste no es muy fuerte que digamos, pero su invisibilidad es una buena cualidad, y logra tener una cierta ventaja; sin embargo el muchacho logra vencerlo. Pero Yamcha no tiene ninguna opción en la sigueinte pelea y es derrotado por la Momia; por lo que sólo quedó Gokú. Pero el chico ya a estas alturas es muy poderoso y logra acabar con la Momia y con el mismísimo Diablo, quien era el cuarto peleador. Entonces debe llegar la batalla decisiva y aparece el quinto peleador, un enmascarado que se ve un poco inofensivo, ya que es un anciano; pero la batalla es increíble y extremadamente pareja, y ni Gokú ni el anciano parecen tener ventaja; pero lo más extraño es que los movimientos del oponente de Gokú son muy conocidos; y el Maestro Roshi, quien junto con Bulma había llegado al lugar de la pelea, empieza a sospechar de la identidad del anciano. La batalla continúa hasta que el desconocido dice que la pelea debe acabar y agarra la cola de Gokú (su punto débil), el cual pierde todo su
poder y se retuerce de dolor; pero aún así no se rinde. Entonces el anciano le recrimina no haber entrenado la cola durante todo este tiempo, pero lo felicita por su valentía, quitándose la máscara y revelando su identidad: ¡es Son Gohan!, el abuelito de Gokú. Son Gohan le cuenta que está allí debido a que Uranai Baba tiene la capacidad de traer al mundo de los vivos el alma de un muerto por 24 horas. Gokú, emocionado, le jura que entrenará su cola y que se volverá más fuerte, mientras su abuelito se despide. Entonces Uranai Baba, quien resultó siendo la hermana de Roshi (él no se los quizo decir antes ya que quería que esas batallas les sirviera como entrenamiento a sus discípulos), decide ayudarles y con su bola mágica les dice que la séptima esfera está en un automóvil no muy lejos de allí; Gokú llega al lugar, y ¡oh sorpresa!, el que tenía la esfera era Pilaf, quien la había encerrado en un cofre de metal que impedía que el radar la detectase. Gokú de nuevo no tiene ningún inconveniente en derrotar al emperadorcillo y sus secuaces, y consigue al fin reunir las siete esferas, llamando a Shen Long y pidiéndole el deseo; el dios dragón lo cumple y Bora revive, para alegría de Upa, Gokú y los demás. Pero este chico no puede quedarse quieto un instante, y por recomendación de Roshi, decide pasar el tiempo que falta para el siguiente torneo (unos tres años), recorriendo el mundo y buscando peleadores fuertes con quien luchar; mientras que Yamcha y Krilin prefieren quedarse entrenando con el maestro en Kame House. Gokú así inicia un viaje donde tiene muchas aventuras y enfrentamientos que lo hacen cada vez más poderoso...
Pasan los tres años y todos se disponen a ir al 22° Torneo de las Artes Marciales. Yamcha, quien ya es propiamente un discípulo de Roshi (con uniforme e insignia) y Krilin (quien sigue igual de chaparro que antes; bueno, creció un poquito) llegan inmediatamente, acompañados por todos los otros metidos; el maestro también arriva y se inscribe (en secreto) como Jackie Chun; y por supuesto, llega Gokú, quien se alista a enfrentar a sus viejos amigos y nuevos enemigos. Las preliminares comienzan y los tres discípulos de Roshi no tienen ningún problema de avanzar a las finales (y eso que a Gokú le tocó enfrentarse a un ex-campeón del torneo); pero eso no es todo, también avanzan dos extraños peleadores, a los cuales Gokú
conoció en su entrenamiento ya que eran un par de extorionadores que atemorizaban pueblos; sus nombres son Chauz y Ten Shin Han. Pero lo más raro es que ellos parecen conocer a Roshi, y es ahí cuando se revela su origen: ellos son discípulos del Maestro Zulu; Zulu y Roshi fueron compañeros de entrenamiento hace muchos años y alumnos del señor Mutaito; pero Zulu por algún motivo se separó de su antiguo amigo y se dedicó al mal (es por ello que sus discípulos son unos criminales). Pero las sorpresas no paran ahí; Zulu no sólo arremete con su ex-compañero; encara a Gokú, diciéndole que sea como sea vengara la muerte de su hermano... ¡Tao Pai Pai!. Todos se sorprenden al saber esta revelación, pero a su vez hace que el torneo se ponga interesante.
Las finales comienzan y Gokú y Jackie Chun no tienen mayor problema en pasar a semifinales, al eliminar a una estrella de cine y un lobo-hombre, que odiaba a Chun porque en el torneo anterior había destruído la luna y no podía convertirse de nuevo en hombre; de todas maneras Jackie solucionó el problema utilizando como espejo la cabeza de Krilin; éste a su vez logró pasar a semifinales, aunque sí tuvo que esforzarse luchando contra Chauz, quien con el Do-Do-Pan estuvo a punto de derrotarlo, e incluso un Kame-Hame-Ha lanzado por Krilin (el primero) no pudo hacerle mayor daño; y en la otra pelea Ten Shin Han derrotó a Yamcha, quebrándole (de maldad) una pierna al pobre tipo (lo que a su vez hace más despreciables las intenciones de Zulu y sus discípulos). Ya en semifinales, en el primer combate se enfrentan Jackie Chun y Ten Shin Han. La pelea es interesantísima y aunque Ten Shin Han pareciera ser un poco más fuerte, el anciano se esfuerza al máximo; es entonces cuando Jackie decide rendirse, aduciendo que los peleadores que estabn allí eran más fuertes que él, y que no valía la pena seguir esforzándose; Ten Shin Han, enfurecido ya que sabía cual era la identidad de Chun y le daba rabia que el enemigo de su maestro lo dejara ganar, lo incrimina a solas; pero Roshi (ya vestido como Roshi) le dice a Ten Shin Han que en verdad él no es malo, y lo invita a unirse a él y alejarse de Zulu y los asesinatos y crimenes que éste lo ha hecho hacer durante años; y aunque no responde, el muchacho empieza a dejar de ser el rencoroso que ha sido hasta el momento... Pero volvamos al torneo. La otra semifinal es entre nada más y nada menos que dos discípulos de Roshi: Gokú y Krilin. Los dos chicos se olvidan de su amistad y se enfrentan con todo su poder y utilizando todo lo aprendido de su maestro; pero cuando Gokú parecía tener la ventaja, Krilin intenta aprovechar el punto débil de su amigo y lo agarra por la cola; y pareciera que le va a dar resultado, pero era sólo apariencias ya que siguiendo las recomendiaciones de su abuelito hacía tres años, Gokú sí entrenó su cola y finalmente derrota a su compañero sacándolo de la plataforma. Ahora sí viene la final: Ten Shin Han vs Gokú.
La pelea inicia y es excelente, y por fin se ven los verdaderos potenciales de ambos contendores.Gokú utliza sus mejores técnicas pero ni siquiera la técnica de las imágenes es efectiva ya que Ten Shin Han conoce al dedillo gracias a su maestro, los movimientos que Roshi le enseñó a Gokú; pero el chico no se da por vencido y ataca con todas sus fuerzas a Ten Shin Han, que parece ponerse en aprietos. Es entonces cuando súbitamente el chico de los tres ojos comienza a dominar a Gokú y a literalmente masacrarlo, ya que por algún extraño motivo el niño no puede moverse; y el extraño motivo es que Chauz, con sus poderes mentales y por orden de Zulu, está impidiendo que se mueva; Ten Shin Han, al darse cuenta, le pide a su maestro que no lo haga, ya que que quiere ganar la pelea limpiamente (la semillita de bondad puesta por Roshi ya está haciendo efecto); pero a su maestro no le interesa ganar el torneo, lo único que quiere es vengar a su hermano Tao Pai Pai y nada más; entonces Roshi, quien también se ha dado cuenta de todo, lanza un poderosísimo Kame-Hame-Ha que manda a volar a Zulu, con lo que la pelea podría continuar; entonces Ten Shin Han, para emparejar la situación, se deja golpear por
Gokú para que ambos queden en igual situación (oh, la justicia). La lucha continúa y Ten Shin Han saca sus mejores técnicas; primero el Taio Ken, que es una técnica que consiste en enceguecer al contrario con un rayo de luz muy potente, lo que resulta la primera vez y casi deja fuera de combate a Gokú; pero en la segunda el chico aprende y utiliza las gafas de sol de su maestro para no quedar ciego y esquivar el ataque. Entonces Ten Shin Han decide realizar su mejor ataque, el Ki-Ko-Hu, y acabar con la pelea de una vez por todas; se eleva por los aires (porque al igual que Chauz, puede volar), junta sus manos y comienza a reunir su ki de manera asombrosa, para luego lanzar la energía a Gokú, que se encontraba en la plataforma. El impacto es gigantesco, y después que se disipa la energía y la humareda, los espectadores descubren horrorizados que la ¡plataforma ha desaparecido por completo!. Pero cuando se pensaba lo peor, Gokú aparece en el aire; se había salvado no sólo de perder la pelea, sino su vida (porque el impacto fue terrible), ya que logró saltar en el momento antes. Sin embargo, sus problemas apenas empezaban, ya que al no haber plataforma, Ten Shin Han tenía la ventaja de poder flotar por los aires; entonces Gokú se impulsa utilizando un Kame-Hame-Ha y ataca a su rival, en lo que podríamos decir que fue la primera batalla aérea de todo Dragon Ball; pero el chico no podía resistir mucho y más aún que la lucha continuaba mientras se aproximaban al suelo; entonces ambos lanzan un último golpe, tan fuerte que los dos quedan semi-noqueados y salen volando directos al suelo. Y cuando parecía que Ten Shin Han iba a ser el primero en caer (y por lo tanto perder), el pobre Gokú se estrelló contra un camión y dio a parar directo al piso, segundos antes de que Ten Shin Han lo hiciera; por pura cuestión de suerte, Gokú volvió a perder la final del Torneo de las Artes Marciales.
Ambos luchadores se levantan, y aunque Ten Shin Han recibe el honor de ser el campeón (además del jugoso dinero), él siente más bien que fue un empate, por lo que decide compartir su premio con sus nuevos amigos (ya que definitivamente dejó al Maestro Zulu, y se unió al bando de Roshi). Todos van a cenar, y de la felicidad Gokú deja olvidado en el templo su báculo sagrado y la esfera de cuatro estrellas (es bueno aclarar que tres años antes, cuando Gokú pidió el deseo de revivir a Bora y las esferas se iban a dispersar por todo el planeta, el chico logró atraparla antes de que se fuera y la conservó); pero Krilin, muy comedidamente y al ver el cansancio de su amigo, se ofrece a ir por las dos cosas. Los minutos pasan y Krilin se demora; Gokú comienza a sentir una premonición extraña y sale corriendo hacia el lugar del torneo. Y ya allí se encuentra una escena macabra: la esfera del dragón ha desaparecido y Krilin yace muerto en el suelo...