Dragon Ball Club
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  Saga de Picoro 02-05-2025 17:57 (UTC)
   
 

Gokú ha llegado al templo donde se lleva a cabo el torneo de las artes marciales buscando a Krilin y ha encontrado una escena terrible: su mejor amigo está tirado en el suelo sin vida, y al parecer el asesino se ha llevado la esfera de cuatro estrellas que Krilin había venido a buscar. Gokú, lleno de ira y desesperación, sale inmediatamente con su nube voladora en busca del que pudo haber hecho semejante acción. Mientras tanto Bulma, Yamcha y los otros, quienes han llegado al lugar, ayudan a recuperarse al presentador del evento, quien al parecer también fue atacado por el homicida de Krilin, aunque tuvo la fortuna de sobrevivir. El narrador les cuenta que todo sucedió muy rápido, y que sólo recuerda cuando un monstruo verde con alas llegó al lugar y de un sólo golpe mató al chico, quitándole la esfera y llevándose además la lista de todos los peleadores que participaron en el torneo de las artes marciales. Hay zozobra, ya que no parece haber indicios de quien o qué pudo haber tomado la esfera y asesinado a Krilin y con qué motivos; hasta que encuentran una especie de signo escrito; Roshi, palido al ver esto y completamente horrorizado, afirma que ese símbolo le pertenece al monstruo más terrible de todos: Picoro Daimacu. El maestro les comenta que hace muchísimos años, cuando él todavía era un joven aprendiz de artes marciales, apareció en el planeta un terrible y malvado ser; él mismo se hacía llamar Picoro Daimacu, y con sus secuaces comenzó a asolar el planeta, ya que su ansia era dominarlo e instituír el mal como ley; su poder era inmenso y nadie podía ni siquiera hacerle frente. Pero fue entonces cuando su maestro, el señor Mutaito, decidió enfrentársele; pero tampoco tenía el nivel necesario, y tuvo que jugarse su última carta: el Ma-Fu-Ba; ésta es una técnica que permite atrapar al enemigo en una corriente de energía, para luego encerrarlo en un recipiente; pero el problema es que una vez que se realiza, el cuerpo queda muy debilitado y las posibilidades de morir son muchas. Sin embargo Mutaito (y el mundo entero) no tenía otra, y realizó el Ma-Fu-Ba, con el que logró encerrar al monstruo en un termo electrónico; pero como era previsible y ante la edad que tenía, Mutaito murió. Roshi, abatido por el deceso de su maestro pero feliz porque el planeta se salvó de tan terrible amenaza, arrojó el recipiente donde estaba encerrado Picoro Daimacu a las profundidades de un abismo del cual, él creía, nunca podría salir (es bueno aclarar que fue a partir de ese momento cuando Zulu, también discípulo de Mutaito, se separó de Roshi y se unió a la senda del mal). Pero el maestro creyó mal, ya que según estos indicios el que realizó todo esto fue posiblemente uno de los secuaces del monstruo; y lo peor es que afirmó que ni siquiera Gokú, con el nivel que tiene, puede derrotar al asesino de Krilin y mucho menos al mismísimo Picoro Daimacu.

Y a propósito de Gokú, él había podido localizar al portador de la esfera (y homicida de su amigo). El chico se le enfrenta montado en su nube voladora, pero Tamborin (que así se llama el monstruo), lo esquiva en todos sus ataques, y ni siquiera el Kame-Hame-Ha funciona; tal parece que el trajín del torneo y el cansancio están afectando al pobre niño, ya que afirma que si estuviera descansado y con todas las energías podría derrotarlo. Pero al ladrón (y asesino; que no se olvide nunca que es un asesino) no le interesan los pensamientos de Gokú y decide finalizar con la pelea, destruyendo (ahora sí de verdad) la nube voladora, masacrando al pobre Gokú y rematándolo con un ataque tal que lo manda inconsciente directo a un bosque ubicado allí cerca; Tamborin, al no sentir el ki del chico, lo da por muerto y se dirige hacia donde su amo. Tamborin llega a una nave y allí es recibido por un ser verde, alto y viejo, que en su ropaje tiene la insignia encontrada en el templo; ¡sí, es Picoro Daimacu! Picoro DaimacuEl malvado le pregunta a Tamborin si cumplió su cometido; éste responde afirmativamente y le entrega la esfera del dragón y la lista del torneo, afirmando además que ya había eliminado a dos de los peleadores de la lista (Krilin y Gokú). Picoro Daimacu, complacido, lo felicita y le encomienda seguir con su tarea de eliminar a todos y cada uno de los que aparecen en el listado, ya que de esa manera no habría nadie quien pudiera enfrentársele e impedirle cumplir como su añejo anhelo de dominar el planeta, como hizo aquella vez Mutaito; Tamborin obedece y sale inmediatamente a exterminarlos, lo que comienza a hacer sin ningún problema. Pero Picoro Daimacu quiere asegurarse aún más (al fin de cuentas es mejor prevenir que tener que lamentar) y por eso mandó traer la esfera, esto debido a que quiere pedir como deseo rejuvenecerse, ya que sí su poder es gigantesco con un cuerpo viejo, sería casi invencible con uno joven. Ahora bien, ¿quién fue el animal, la bestia, el chismoso que liberó semajente amenaza para el mundo y encima de todo, le comentó el secreto de las esferas del dragón? Pues quien más sino Pilaf, que al ver que Gokú siempre le arruinaba los planes, se enteró de la existencia de Picoro Daimacu y lo liberó; ¿y qué sacaba el emperadorcillo con todo eso? Pues que según como había acordado, después de conquistar el mundo el malvado ser le daría una parte como premio (algo es algo, y peor es nada...).

Bueno, pero volvamos con Gokú. Afortunadamente ha sobrevivido al ataque de Tamborin, y aunque maltrecho, se logra levantar. El chico deambula por el bosque, hasta que ve un gigantesco pez que está servido. Él, que no es que conozca mucho el sentido de propiedad de bienes, se lo come en un dos por tres (ya que no había comido nada desde antes del torneo), y restituye casi por completo su energía. Pero el dueño del pez, un chico regordete y despeinado, lo ataca con su espada; Gokú lo esquiva, aunque no con mucha facilidad ya que el gordito se mueve a una muy buena velocidad. Entonces Gokú se da cuenta que el gordinflón tiene una esfera del dragón colgada en su cuello, por lo que le pregunta si es sirviente de Picoro Daimacu; la bola de sebo (perdón si hiero suceptibilidades, pero es que cuando me emociono narrando...) dice que no, que su nombre es Yakirobe y que nunca le va a dar la esfera, huyendo a toda velocidad del lugar; Gokú lo sigue y comienza una larga persecución. Y en eso estaban cuando de repente aparece de los cielos un monstruo verde, grandísimo; éste sí es un secuaz de Picoro Daimacu, que lo creó con el único objetivo de buscar las esferas y había llegado al lugar siguiendo la esfera que tenía Yakirobe. Gokú se le va a enfrentar, pero el gordis dice que el monstruo es de él y lo ataca; y para sorpresa de Gokú (y de todos), la bolita con patas es un excelente luchador y después de una no muy larga pelea acaba con el enemigo, y ¡se lo come! (¡guácalas!; prefiero comer aguacate con leche). Picoro Daimacu, que tiene extraña "conexión" con sus sirvientes (al fin de cuentas fue él quien los creo), siente la desaparición de uno de los suyos, por lo que manda a Tamborin a que averigüe que ocurrió; éste estaba en ese preciso instante nada más y nada menos que en ¡Kame House!, y se disponía a acabar con un inválido Yamcha (acordémonos que todavía estaba convaleciente por la fractura de su pierna en el torneo); pero ante la llamada de su amo, el monstruo se fue inmediatamente a investigar (el pobre Yamcha se salvó por un pelo...).

Tamborin llega al sitio, en donde todavía andan discutiendo Gokú y Yakirobe; y asombrado al ver que el niño seguía con vida después de su anterior encuentro, decide finalizar el "trabajito" inconcluso y lo ataca; pero esta vez Gokú está alimentado, reposado y listo para pelear, y comienza a darle al monstruo una soberana paliza, tanto que lo acaba en un santiamén, vengando así la muerte de su amigo. Pero el chico no contaba con que Picoro Daimacu, ya enterado del deceso de otro de sus hombres, decide ir personalmente a revisar la situación. El malvado arriva al lugar en donde dos de sus sirvientes han muerto y baja de la nave dispuesto a acabar con quien está amenzando su reinado de terror. La batalla comienza, y ahora se vuelven a invertir los papeles: Gokú está siendo vapuleado por Picoro Daimacu, quienes muchísimo más fuerte que el chico (tal y como había dicho Roshi). Gokú se esfuerza al máximo, pero sus golpes no le hacen ni consquillas a su poderoso enemigo; entonces, intenta un último ataque y prepara un Kame-Hame-Ha; el monstruo se asusta ya que cree que lo que hace el chico es su máxima pesadilla: el Ma-Fu-Ba; pero al ver que no es dicha técnica se tranquiliza y la detiene sin problemas, para luego contratacar a un Gokú ya sin fuerzas ni esperanzas, el cual es dejado, otra vez, al borde de la muerte. Picoro Daimacu, confiado del deceso del chico, lo deja tirado ahí y se dispone a buscar las esferas restantes...

Mientras todo esto pasaba, el maestro Roshi, Ten Shin Han y Chauz están buscando las esferas del dragón para revivir a Krilin y de paso, dificultarle la búsqueda al monstruo; y rápidamente encuentran seis esferas, faltándoles únicamente la de cuatro estrellas. Pero como cuando la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña, dicha esfera es la que se acerca a ellos, ya que la nave de Picoro Daimacu se aproxima a toda velocidad al lugar en donde están ellos. Entonces Roshi le dice a Chauz y a Ten Shin Han que se escondan, ya que él, siguiendo la "tradición" de su maestro, lo va a enfrentar; Chauz hace caso, pero Ten Shin Han se niega, ya que dice que él es quien le va a hacer frente; pero Roshi se lo impide aplicándole una técnica que lo adormece, aunque le permite ver lo que sucedía (esto lo hizo ya que si algo salía mal, Ten Shin Han sería el único que podría enfrentársele en un futuro). Picoro Daimacu sale y aunque está mucho más viejo que la última vez que lo vió, Roshi sabe que él también tiene sus buenos añitos encima y que no podría hacerle frente por más que quisiera; pero sus planes son otros y comienza a reunir su ki. Y ahora sí Picoro Daimacu está temblando de miedo, porque éste sí es el Ma-Fu-Ba. Roshi lanza el ataque y logra atrapar al monstruo en la corriente de energía, pero cuando lo iba a encerrar en un contenedor un ventarrón se lo impidió, fallando por muy poco (más de malas que hincha del Cúcuta). El maestro, completamente exhausto por el fallido esfuerzo, cae muerto. El malvado se levanta, alegre porque se salvó y porque aquel que pudo encerrarlo había fallecido. Pero la cosa sale aún peor ya que por un descuido logra encontrar a Chauz, el cual tenía escondidas consigo las esferas del dragón restantes; el monstruo no tiene ningún problema en matar al payasito y tomar las esferas, con lo que ya tiene las siete. Picoro Daimacu invoca a Shen Long, el cual le cumple el deseo de rejuvenecerse y se dispone a desaparecer. Pero el maléfico ser tiene otros planes, y de un poderoso ataque asesina al dios dragón; ahora jovén, sin un Shen Long quien cumpla deseos y sin rivales poderosos, parece que no hay nada que pueda detener al gran Picoro Daimacu, quien se dirige hacia la capital para proclamarse legítimamente como Rey del mundo.

Pero aunque él no lo sepa, todavía quedan luchadores que puedan comprometer su camino del mal. Ten Shin Han, desonsolado ante la muerte de su mejor amigo y de Roshi, decide entrenar al máximo el Ma-Fu-Ba ya que tal parece que es la única manera de derrotar a Picoro Daimacu, a sabiendas de que si lo hacía corría el riesgo de morir. Pero el muchacho de los tres ojos no es el único guerrero sobreviviente; Gokú, quien todos creen que está muerto desde hace tiempo, ha vuelto a salvarse, esta vez gracias a Yakirobe; el chico, medio moribundo, le pide a su nuevo amigo que lo lleve a la Torre Karim ya que el maestro era el único que podía ayudarle. Yakirobe lo hace y aunque a regañadientes, comienza a subir la torre y después de mucho esfuerzo (sobretodo debido a que tiene a Gokú cargado) logra coronarla. Allí el Maestro Karim le da a Gokú una pequeña semilla que llama, "del ermitaño", que permite que Gokú se recupere instantáneamente; el chico, ya con toda su energía, quiere enfrentarse otra vez a Picoro Daimacu pero Karim lo detiene diciéndole que si va, de nuevo sería derrotado y esta vez sí sería fatal. Pero el gato tiene un plan y le comenta a Gokú que existe en unas cavernas secretas un líquido llamado "agua  de los dioses"; y que sí él lograba tomarla, todos sus poderes escondidos saldrían a flote; pero el problema es que los riesgos de morir en el intento eran muchos. Gokú acepta y junto con Yakirobe se adentran al lugar en donde está esa agua; pero dichas cavernas son bastantes traicioneras y los dos chicos terminan yendo por caminos separados. Entonces y después de algunos contratiempos, Gokú logra llegar a la cueva en donde está el agua de los dioses. Pero en ese instante una sombra aparece y toma la forma del maestro Roshi; pero la sombra no es amigable como el verdadero Roshi y se le enfrenta al chico. Gokú al principio no quiere luchar (ya que para él es imposible enfrentarse contra su querido maestro), pero finalmente vence sus temores y le hace frente. La sombra, al ver la valentía del chico, le permite tomar el agua, pero le advierte que si él no tiene ningún poder oculto, el líquido en vez de ayudarlo le producirá la muerte. Mas Gokú no tiene ni tiempo ni más oportunidades y se toma el agua; e inmediatamente comienza a sufrir una serie de convulsiones y espasmos, cayendo desmayado...

Y, ¿qué ha pasado con Picoro Daimacu? Él y su lacayo han llegado a la capital, y allí el monstruo no ha tenido problema en dominar el ejército entero, que como borregos se le enfrentaban, sufriendo una muerte segura (ya veremos que no es la última vez en toda la historia de Dragon Ball que ejércitos enteros son destruídos por las manos de los enemigos), y ha logrado adentrarse en el palacio del rey, que aunque alcanzó a huír, dejó el camino listo para que Picoro Daimacu se autoproclamara rey del mundo y decretara un régimen de terror en todo el planeta, en donde la corrupción, los robos, los asesinatos y demás crimenes son permitidos (ah, el paraíso de los políticos latinoamericanos...). Todo parece ser el fin, o más bien, el comienzo del reinado del mal; pero en eso estaban cuando aparece en el lugar Ten Shin Han, que por fin ha perfeccionado el Ma-Fu-Ba y está listo a jugársela por el todo o nada. Pero Picoro Daimacu no tiene muchas ganas de enfrentarse a otro insecto y crea un monstruo para que luche contra Ten Shin Han. Y a pesar de que no parece muy fuerte, Drum (que así se llama el monstruo) comienza a atacar fuertemente al muchacho. Pero el último campeón del torneo de las artes marciales y recientemente convertido paladín de la justicia (perdón, otra vez se me están cruzando los cables de las caricaturas) no se va a rendir así como así, y también golpea y empareja la batalla; pero Drum parece ser un poco más fuerte y comienza a dominar a Ten Shin Han. Éste, al ver que si sigue así terminará muerto y sin ni siquiera haberse enfrentado a la verdadera amenaza, prepara el Ma-Fu-Ba y lo lanza; pero cuando la energía iba a atrapar a Picoro Daimacu, Drum se atraviesa y se sacrifica por su amo (oh, que ternura); pero ni siquiera a éste puede encerrar ya que el nuevo rey del mundo, sobrepuesto al susto inicial por su temida técnica (las caras que hace cuando ve el Ma-Fu-Ba son de lo más cómicas), destruye el recipiente donde iba a ser encerradoGokú ha llegado su secuaz. Ten Shin Han se desploma completamente agotado, aunque no muere como pasó con Mutaito y Roshi ya que su resistencia es mayor. Pero cuando iba a ser rematado por Drum, aparece subitamente en una nube voladora el chico de la cola de mono; sí, ¡Gokú! (es bueno decir que después de recuperarse, el Maestro Karim le había regalado otra nube voladora para que llegara más rápido al lugar de la pelea). Drum ataca al recién llegado, pero para sorpresa de todos, el chico no tiene ningún problema en esquivarlo y acabar con él en un ataque. Ten Shin Han, quien no da crédito a sus ojos ya que creía a Gokú muerto hace muchísimo tiempo y mucho menos esperaba que acabara con un rival que estaba a punto de matarlo aél, le advierte que el poder de Picoro Daimacu es ahora mucho mayor que con su cuerpo viejo; pero el poder de Gokú también ha aumentado bastante gracias al agua de los dioses y no se siente inferior.

La batalla comienza y es excelente, pero muy a pesar de Gokú, el malvado parece ser un poco superior. El chico ataca con todo, pero Picoro Daimacu evita todos sus ataques y los contrarresta con fuertes golpes que comienzan a hacer mella en Gokú. El chico intenta hacer sus mejores técnicas, pero ni siquiera un poderosísimo Kame-Hame-Ha puede restarle mayor energía al monstruo, que con saña comienza a mostrar su verdadero y terrible poder; Ten Shin Han quiere ayudar, pero Gokú se lo impide ya que no está en condiciones y además su nivel en esos momentos es muy inferior (y quien lo creyera que hacía apenas unos días los dos se habían enfrentado con igual poder). Mientras tanto, Yamcha (ya recuperado), Bulma y los otros ya habían recobrado los cuerpos de Roshi y Chauz, encerrándolos junto con el de Krilin en unos compartimientos especiales para conservarlos; y al enterarse de que Ten Shin Han estaba peleando en el palacio del rey, habían decidido ir hacia allá, dizque a "colaborar" (pobres ilusos). Bueno, pero volvamos con la pelea, la cual sigue en la misma tónica: Picoro Daimacu con cierta ventaja, pero Gokú manteniéndose a flote. Entonces el maléfico rey decide realizar su máximo ataque y comienza a reunir energía. El monstruo lanza el ataque, el cual es tremendamente devastador y destruye toda la ciudad, dejando un agujero inmenso en donde estaba Gokú; sin embargo el chico no ha muerto, y aunque malherido, decide continuar la pelea. Pero Picoro Daimacu quiere acabar todo y con sucesivos ataques le rompe a Gokú las dos piernas y una mano; Picoro Daimacu ha sido derrotadopareciera que el malvado está jugando con el chico y decide, ahora sí, rematarlo con un ataque similar al anterior. Pero Gokú no puede permitir que todo acabe y se impulsa con un Kame-Hame-Ha disparado con sus dos pies (sí, con sus pies), y reuniendo sus últimos arrestos de energía en la única mano utilizable se dirige hacia el monstruo, el cual totalmente sorprendido ante la velocidad y la potencia del chico, es atravesado por completo. Gokú va cayendo semi-inconsciente (por enésima vez en esta saga), pero al menos su último ataque fue letal. Sin embargo Picoro Daimacu, moribundo ya, utiliza un as bajo la manga; de pronto comienza a convulsionar y escupe un gran huevo (así fue como creó a sus otros sirvientes); pero esta vez parece que es diferente, ya que afirma (para sí, ya que nadie lo estaba escuchando) que de dicho huevo saldrá un hijo suyo que vengará su muerte; y después de eso, explota en mil pedazos.

Como los chismes vuelan, todo el planeta se entera rápidamente de la destrucción de Picoro Daimacu y hay algarabía y celebración y hasta el repuesto rey del mundo (que por cierto es un perro) quiere agradecer al chico que salvó al planeta. Pero el causante de esa felicidad es completamente ajeno a ella y es recogido por Yakirobe, quien lo lleva a un hospital a sanar sus heridas; Ten Shin Han también es recogido por Bulma y los demás, contándoles la hazaña de su amigo. Pero no saben nada de su suerte, hasta que él mismo aparece en Kame House unos días después; todos están con sentimientos agridulces: felices por la gran victoria de Gokú, al cual felicitan; pero tristes debido a que como Shen Long fue asesinado por Picoro Daimacu y las esferas convertidas en simples piedras, ya no hay manera de revivir a los tres caídos en batalla. Pero entonces se enteran de que hay una remota posibilidad de que las esferas vuelvan a existir; y ésta es que su creador, Kami-Sama (el dios de la Tierra), Gokú llega a la plataforma celestereviva a Shen Long. Gokú va a donde Karim, el cual le comenta que la única manera de ir a donde Kami-Sama es usando el báculo sagrado ya que la plataforma celeste en donde vive está precisamente encima de la Torre Karim. Gokú utiliza su báculo y llega después de algunas penurias a la plataforma flotante. Allí es recibido por un extraño y gracioso negrito con un turbante, que dice llamarse Mr Popo (con acento en el primer po). Éste le dice a Gokú que para que pueda ver a a su amo Kami-Sama, primero tiene que derrotarlo. Gokú, creyendo que es pan comido (al fin de cuentas acaba de derrotar a la amenaza más grande que ha tenido la humanidad hasta el momento), lo enfrenta; sin embargo Mr Popo es asombrosamente rápido y los ataques del chico no le pasan ni cerca; en cambio los suyos son siempre certeros. Gokú, furioso, realiza el mismo ataque que le dió la victoria contra el terrible monstruo, pero ni siquiera éste sirve; pero cuando ya estaba a punto de rendirse, se oye una voz un poco familiar que le dice a Mr Popo que deje al niño pasar; la voz proviene de un templo que está en el centro de la plataforma y tal parece que es Kami-Sama. Gokú está feliz ya que parece que todo le va a salir bien; pero cuando el dueño de la voz sale, casi se muere de un infarto: es ¡Picoro Daimacu!

Gokú se dispone a enfrentársele, pero Mr Popo lo detiene afirmando que ese no es Picoro Daimacu, ya que aunque él no lo crea, esa persona sí es Kami-Sama; éste le explica que el increíble parecido entre ellos se debe a que él y Picoro Daimacu fueron una única persona hace muchísimo tiempo. Lo que sucedió fue que para llegar a ser dios se debe tener un alma buena y pura y completamente libre de maldad; fue por ello que para llegar a ser Kami-Sama, él tuvo que expulsar la parte maligna de su ser. Pero al hacerlo, dicho espírito maligno se formó como un ser individual, llamándose a si mismo Picoro Daimacu; y aunque tenían cuerpos exactamente iguales (es por ello que Kami-Sama ya está bastante arrugadito; así como estaba su alter-ego antes de rejuvenecerse con las esferas), sus personalidades son distintas. Pero aún así todavía siguen siendo uno solo por más que estén separados, por lo que si alguno de los dos muere, el otro también lo hace. Ahora bien, ¿por qué si el chico malo murió, el chico bueno todavía sigue vivo? Pues sencillo, porque al Picoro Daimacu haber creador un huevo con su hijo, éste tiene los mismos genes y características de su padre, por lo que es algo así como la continuación de él mismo (es decir, el bebecito seguirá estando lleno de maldad y de odio; ah, de tal palo tal astilla...). Kami-Sama le explica todo esto a Gokú, el cual comprende (o parece hacerlo; ya sabemos que el chico no es muy brillante que digamos); pero éste no le preocupa mucho la amenaza de la existencia del nuevo hijo del mal; lo que quiere es que Kami-Sama reviva a Shen Long, para que así las esferas existan de nuevo. El dios de la Tierra, que al principio está renuénte debido a que las esferas fueron y podrían seguir siendo utilizadas para fines non-sanctos, accede pero con una condición: que Gokú se quede tres años entrenando con él y Mr Popo, ya que ese sería más o menos el tiempo que demorará el hijo de Picoro Daimacu en desarrollar todo su potencial y "aparecer en escena" para continuar los planes de su padre. Gokú acepta ya que ve que sus nuevos maestros son muy fuertes y lo ayudaran a estar listo para el próximo encuentro. Entonces Kami-Sama revive al dios dragón, cuyo espíritu se adentra en las esferas, que vuelven a funcionar. Bulma, Yamcha y los demás, quienes las habían guardado en Kame-House, se dan cuenta de ello, e inmediatamente invocan a Shen Long. Pero en vez de revivir únicamente a sus tres amigos muertos, deciden revivir a todos auquellos que murieron a causa de Picoro Daimacu o sus secuazes; el gran dragón no tiene ningún inconveniente en hacerlo y cumple el deseo, con lo que reviven por supuesto Krilin, Roshi y Chauz. Todos andan felices (por supuesto no saben de la existencia del hijo de Picoro Daimacu; los únicos que lo saben son Kami-Sama, Mr Popo y ahora Gokú), y le agradecen a su fiel amigo por todo su esfuerzo; aunque sienten por él un poco de envidia, ya que saben que está nada más y nada menos que con el dios de la Tierra, y se va a quedar allí a entrenar por tres años. Es por ello que Yamcha, Krilin, Ten Shin Han y Chauz deciden viajar por el mundo durante ese tiempo y entrenar enfrentándose contra cualquier rival o reto fuerte que se les ataviese (algo así como hizo Gokú en la saga de la Patrulla Roja), hasta que pasen los tres años y el momento del torneo de las artes marciales arrive.

Y el tiempo pasa volando (literalmente; ya que los tres años pasaron entre el final de un capítulo y el principio del siguiente), y el 23° Torneo de las Artes Marciales va a comenzar. Los muchachos se reencuentran, ya que después de haber subido la Torre Karim decidieron continuar su entrenamiento cada uno por su lado (menos Ten Shin Han y Chauz, que siempre están junticos...); Yamcha tiene el pelo más largo y una gran cortada en la cara (a pesar de ello, Bulma sigue siendo su novia); y Krilin ahora sí creció bastantico (al menos sus piernas ya són más largas que su cabeza; y eso es mucha gracia), por lo que quiere mostrársele a Gokú una vez que éste llegue, ya que cree que su amigo no creció tanto como él. Pero cuando finalmente se les aparece deja a todos sorprendidos, tanto que al principio no lo reconocen: ha crecido asombrosamente, sobrepasando en mucho a su mejor amigo, con lo que ya dejó su apariencia de niño y ahora sí parece todo un adolescente; incluso su voz ha cambiado y ya no tiene cola, ya que Kami-Sama se la arrancó para siempre (ya saben, por si las moscas...). Pero como lo esperaba Gokú, también allí aparece su nuevo enemigo: el hijo de Picoro Daimacu; éste es casi igual a su padre en los rasgos físicos cuando éste era joven, y aunque se inscribe en el torneo con el nombre de Mayunia, su verdadero nombre es Picoro Jr. en honor a su progenitor. Las eliminatorias comienzan y Mayunia y la mayoría de los guerreros del bien (oh, que bello nombre) pasan a las finales; y digo la mayoría ya que Chauz fue derrotado por nada más y nada menos que ¡Tao Pai Pai!. Sí, el viejo asesino a sueldo sobrevivió a aquella granada lanzada por él (y devuelta por Gokú) hace seis años; pero su cuerpo quedo totalmente destruído por lo que fue reconstruído con partes de robot y ha llegado junto con su hermano el maestro Zulu, para vengarse no sólo del causante de sus desgracias sino también de Ten Shin Han, a quien acusa de haber abandonado la senda del mal. Bueno, pero dejémonos de melodramas baratos y vayamos a lo interesante: las finales del torneo de las artes marciales.

Y en la primera pelea se enfrentan para colmo de males Ten Shin Han y Tao Pai Pai; y aunque al principio pareciera que éste último estuviera al nivel del ex-discípulo de su hermano, no es así, ya que Ten Shin Han es muchísimo más fuerte y lo derrota sin ningún inconveniente. En la segunda pelea Gokú también clasifica sin esforzarse; pero lo extraño no fue esto (ya que es normal que Gokú gane fácil su primer combate), sino que su oponente era una chica que aunque al principio no quería revelar su identidad, al finalizar el combate se descubrió ante todos; era ¡Milk! Sí, la hija de Ox Satán, la cual había llegado al torneo con la única razón de vengarse de Gokú ya que éste no había cumplido su promesa de casarse. Pero al parecer el muchacho sigue sin saber en lo que se está metiendo y acepta casarse con la chica una vez finalice el torneo; Milk, una vez escucha la palabra "matrimonio", cambia su odio por amor en un santiamén, y no se despega (ni se despegará) de su prometido por el resto del torneo. Bueno, basta ya de historias de amor y sigamos con lo que nos gusta que es la sangre. En la siguiente pelea se enfrentan Krilin y Mayunia (que ya sabemos que en verdad es Picoro Jr.). El discipulo de Roshi realmente ha mejorado bastante, e incluso ha aprendido la técnica de volar; pero eso no es suficiente para que su oponente lo derrote, aunque eso sí, con algo de esfuerzo. Y finalmente le toca el turno a Yamcha; como recordamos, el pobre muchacho siempre ha quedado eliminado en primera ronda de las finales, pero esta vez parece que será diferente ya que su rival es un tonto que no sabe ni pelear; pero Shen, que así se llama, tiene una suerte bárbara y esquiva sin querer todos los ataques de Yamcha; éste furioso lo ataca con su máximo poder, pero ahora sí Shen demuestra que llegar allí no fue por casualidad y derrota al pobre muchacho. Pero Gokú siente en el ki de Shen algo mucho más profundo y extraño, aunque no sabe descifrar que es...

Las semifinales comienzan y la primera pelea es la revancha de la final anterior: Ten Shin Han contra Gokú. La batalla se ve muy pareja, pero aunque los dos tengan una fuerza similar, Ten Shin Han parece ser un poco más rapido que Gokú (tal y como fue la vez anterior); pero es cuando Gokú se quita de encima una ropa medicinal que tenía puesta y con la que había entrenado durante los últimos años, la cual pesa exageradamente (tanto que Krilin casi que no puede cargarla). El muchacho, libre de cargas, muestra su verdadera velocidad, que es asombrosa; entonces Ten Shin Han utiliza su última técnica, la cual es la de "los doce ojos", que simplemente consiste en ¡dividirse en cuatro! (¿12 ojos?; ¿sí 2 ojos x 4 Ten Shin Han = 8 ojos? Bueno, pero acordémonos que Ten Shin Han tiene tres lindos ojitos y 3x4=12); pero al dividirse también divide su fuerza y Gokú no tiene mayor problema en sacar de la plataforma a los cuatro rivales. La otra semifinal es entre Mayunia y Shen, y al igual que la anterior, al principio pareciera que ninguno de los rivales tuviera ventaja sobre el otro; pero digo al principio porque eventualmente Picoro Jr. comienza a dominar a su rival, cuya verdadera identidad parece haber descubierto al igual que Gokú; es ¡Kami-Sama!, cuyo espíritu se adentró en el cuerpo de ese humano. Shen (o Kami-Sama), al ver que no tiene más opciones ya que el hijo de su alter-ego es más fuerte que él, decide hacer el Ma-Fu-Ba; pero a diferencia de su padre, Picoro Jr. se ha entrenado para revertir esa técnica, y con un movimiento similar se la devuelve a Shen; el espíritu de Kami-Sama queda atrapado en la corriente y el malvado ser lo encierra en un pequeño frasquito, el cual se lo traga ante los ojos impávidos de Gokú, que no pudo hacer nada para que ayudar a su maestro. Por supuesto Mayunia gana y como era de esperarse, la final es la que definirá el destino del planeta.

La pelea es pareja, y ni Picoro Jr. ni Gokú se hacen mayor daño. Gokú utiliza toda su velocidad, pero La pelea finalincreíblemente su oponente tiene igual o mayor rapidez en sus movimientos, comenzando a golpearlo. El muchacho se defiende con todo pero sus ataques son contenidos. Entonces el monstruo lanza una de sus técnicas más poderosas, que casi deja fuera de combate a Gokú; pero como sabemos, éste nunca se rinde y logra golpear fuertemente a Picoro Jr. El malvado, quien nunca había sentido verdaderamente el dolor, se enfurece y revela ante todos los espectadores su verdadera identidad; que él no es el tal Mayunia sino el hijo de Picoro Daimacu, aquel que hace tres años estuvo a punto de conquistar el mundo; y que está allí para terminar el "trabajito" que dejó pendiente su progenitor. Toda la gente huye del lugar horrorizada menos los amigos de Gokú y el narrador del torneo; los unos porque saben que el destino del planeta está en juego y el otro porque al fin de cuentas esa pelea sigue siendo la final del torneo. Entonces Picoro (ah, quiero aclarar que de ahora en adelante llamaré a Picoro Jr únicamente Picoro; le quitaré el Jr, ya que ni él mismo lo dice)  y por recomendación expresa del mismo Gokú, se transforma en un gigante (en todo el sentido de la palabra; apenas puede caber en la plataforma) y comienza a atacar al muchacho. Pero al ser más grande, aunque su fuerza aumente su velocidad disminuye, lo que aprovecha Gokú para introducirse en la boca del gigante-Picoro y sacar de su estómago el frasco en donde estaba encerrado Kami-Sama, al cual libera una vez sale al exterior; el muchacho le dice que todo estaba fríamente calculado y que antes no había dado todo de sí ya que corría el riesgo de matar a Kami-Sama.

Picoro, furioso por haber sido engañado, comienza de nuevo a atacar; pero ahora sí Gokú no tiene mayores preocupaciones y se enfrenta con su máximo poder; el ki que desprenden ambos es asombroso y los pocos que quedan en el lugar no los alcanzan ni a ver por la rapidez de los movimientos. Entonces Picoro decide acabar de una vez por todas con su enemigo y prepara un ataque similar al que hizo su padre hace tres años que destruyó toda la ciudad capital; y digo similar porque su poder es mucho mayor y asegura que nadie podría sobrevivir haciéndole frente; Gokú le dice a sus amigos que se escondan bajo tierra, pero que él no se bajará de la plataforma (para él es más importante ganar el torneo legítimamamente que salvar al mundo, que es lo que en verdad se está jugando en esa pelea). Picoro lanza el ataque y efectivamente el de su padre fue una escupita comparado con éste, ya que ¡arrasó la isla completa! El monstruo está muy cansado pero cree haber asesinado a Gokú de una vez por todas; pero el muchacho, a pesar de estar muy debilitado, ha sobrevivido. La pelea continúa y Gokú se la quiere jugar el todo por el todo y le lanza el Kame-Hame-Ha más poderoso que jamás haya hecho; el ataque da en el blanco y Picoro cae inconsciente; Gokú le dice al presentador que haga el conteo, sin embargo cuando estaba en nueve (otro al estilo Rocky Balboa) Picoro se levanta y lanza un rayo con su boca, que sorprende al muchacho y le atraviesa el pecho. Ahora sí parece que es el fin de Gokú. Pero cuando Picoro se disponía a atacar a Kami-Sama, Ten Shin Han y los otros para acabar con ellos, Gokú se levanta; y aunque está casi moribundo reúne todo lo que tiene de sí y se lanza ¡de cabeza! (ya que todas sus extremidades estaban inútiles); Picoro no está en capacidad de defenderse y recibe el ataque, quedando K.O. fuera de la plataforma. Gokú por fin ha ganado el torneo de las artes marciales.

Nuestro héroe recibe una semilla del ermitaño por parte de Yakirobe (que por cierto había estado escondido todo el tiempo e incluso había participado en las eliminatorias, siendo derrotado muy graciosamente por el "torpe" de Shen) y se recupera inmediatamente. Todos lo congratulan por haber ganado el torneo, pero sobretodo por haber derrotado a la amenaza del planeta. Kami-Sama, aprovechando que Picoro está inconsciente, se dispone a darle la estocada final; pero Gokú lo detiene, ya que si el malvado muere, Kami-Sama también lo hará y lo peor es que las esferas del dragón también desaparecerían y no podrían revivirlo. Pero lo más increíble es lo que hace Gokú a continuación: le pide otra semilla a Yakirobe y ¡se la da a Picoro!; todos creen que el muchacho enloqueció por la batalla; hasta el mismo Picoro, quien extrañado, se recupera y acepta su derrota en esa batalla mas no en la guerra, diciéndole al muchacho de que entrenará muy duro para algún día poder acabar con él; y aduciendo esto, se va del lugar. Entonces Gokú les explica a sus amigos que le perdonó la vida a Picoro ya que quiere tener un rival con quien pelear en el futuro (ay Dios mío; que gente...), y que en el momento en que el monstruo vuelva a atacar, él estará listo para enfrentársele. Ya sin más, el muchacho llama a su fiel nube voladora y tomando a Milk del brazo le dice que, tal y como dijo, cumplirá su promesa y se casarán. Todos se despiden con tristeza ya que saben que quizá pasen muchos años hasta que vuelvan a saber de Gokú...

 


La feliz parejita comprometida llega al castillo del padre de Milk, Ox Satán, ya que la chica quiere casarse con el vestido de novia de su madre; pero el castillo está otra vez en llamas (así como pasó en la saga de Pilaf), y lo peor es que Ox Satán, sabiendo del caprichito de su hija, había ido por el vestido y estaba encerrado entre el fuego. Gokú, recordando lo que hizo alguna vez el Maestro Roshi, realiza un poderoso Kame-Hame-Ha; pero ésta vez las llamas no se extinguen. Milk está aterrorizada, ya que su padre va a morir (y el vestido se va a quemar); pero existe una manera de apagar las llamas y es consiguiendo una serie de objetos (un gran abanico, un cascarón de un huevo, y una miel especial). Sin embargo éstos por sí solos no funcionan y parece que será el fin de Ox Satán, hasta que Gokú se entera que tiene que llevar dichas cosas a una El matricidio... perdón, el matrimoniocaverna que se encuentra en la frontera entre el mundo de los vivos y el más allá; ambos muchachos van y allí se encuetran con Son Gohan, el abuelito de Gokú; éste, quien trabaja en dicho lugar (sí, los muertos también trabajan), explica que el castillo de Ox Satán está precisamente encima de la cueva; y que el fuego es debido a un gigantesco caldero hirviendo que está allí, cuya función es crear un vapor que impida que las almas de los muertos entren a nuestro mundo; dicho caldero tiene un orificio y por él se filtran las llamas.Y ahí es donde entran a funcionar las cosas que Gokú y Milk trajeron: el abanico es para hacer un camino provisional entra las llamas del caldero, el cascarón es para tapar el orificio y la miel para sellarlo. Gokú lo hace con ayuda de la diosa del lugar, y las llamas del castillo se apagan. Gokú es felicitado por su futura esposa y por su abuelito, quien bendice el matrimonio de su nieto. Al final de cuentas, la ceremonia se lleva a cabo (con el bendito vestido) y una nueva vida se aproxima para Gokú y Milk; quienes, como marido y mujer, dan por terminado Dragon

 
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